Me he perdido pensando
creo que me distraje soñando
el mundo girando
mi cabeza atada a él.
La soledad que sale al encuentro del tiempo
y él, que avanza sin mirar atraz
que no espera a nadie, no da explicaciones y no responde al por qué.
Con la mente en blanco
la mirada traicionera
las manos atadas
la boca sellada
y el corazón descontrolado que suplica un poco de atención.
lunes, 4 de enero de 2010
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