No quiero ser algo de alguien,
No quiero ser parte de algunos,
No quiero la sinceridad que intimida mi vergüenza,
Ni las palabras lindas que aturden mis oídos.
La rutina tan agotadora, que hoy en día me mira con desprecio,
Los lugares comunes,
El Mapocho, el puente, la plaza, los faroles, las hojas y las palomas.
La burda ironía,
El inefable sentido de las cosas,
Y la bulla de las calles con su inmaterial alegoría.
La risa que trae malos augurios,
Y el silencio que no hace más que evocar sonrisas.