miércoles, 29 de octubre de 2008

A la vuelta de la esquina


Llegue a mi casa a eso de las 4, cansada, pensando en la extraña llamada que había recibido de mi primo, llegue a la casa y exhausta me tire sobre la cama, al poco tiempo llego mi primo, con una cara que no era la habitual, me empezó a contar lo que había sucedido en su colegio, yo en verdad no podía creerlo, una muerte, aunque no sea directa siempre siempre afecta a cualquiera.

Me pidió que saliéramos a alguna parte, estaba chato no quería saber de nada, además tenía que sacarse unos examenes, nos cambiamos de ropa y nos fuimos a la clínica santa maría, después por ahí a providencia a tomarnos un café, de vuelta cuando íbamos en la micro, pasamos por fuera de la iglesia, y le pregunté a mi primo:
- No quieres bajarte?, te acompaño si quieres.
El simplemente asintió con la cabeza.

Nos bajamos y caminas hacia el velorio, era imposible que todas esas sensaciones y emociones no se impregnaran y adentraran en nuestro ser, los rostros debastados se encontraban donde fuese que se mirase.

Vi los rostros llenos de lágrimas, llenos de pena, llenos de rabia e impotencia de los amigos de mi primo, la pena me invadió, mil cosas pasaron por mi mente, mil sentimientos afloraron, mil nuevos reproches tenía para mi.

Salimos de la iglesia, hablando de todo un poco, comentando lo que sentíamos, diciendo lo que pensábamos, dándonos cuenta que todo era demaciado corto, y que debíamos cuidar y disfrutar todo lo que teníamos.

Nos subimos al metro un tanto callados, nos mirábamos y ambos entendíamos que por nuestras mentes pasaban miles de cosas, nos bajamos, y camino a casa, ambos íbamos mirando el cielo , contando las estrellas, pensando en una película que vimos y en cuanto nos gustaría que fuera real.

Me di cuenta que a pesar de no conocer a Francisco, su muerte me afecto igual, su muerte dio pie para que yo refleccionara, me diera cuenta, disfrutara y aprovechara cada cosa que tengo y que me dan, fuerza chiquillos que la vida es injusta pero es sabia y sabe porque hace las cosas, el destino los guiara, el tiempo calmara su dolor y su mente recordara siempre al que fue su amigo, compañero, familiar, pololo, todo, la gente no se olvida y ahora tiene a alguien que los guia desde un lugar un poco más alto, mucha fuerza, todo mi apoyo.

Francisco Medina, quizá no te conocí, pero debo darte las gracias por todas las cosas que me entregaste y me enseñaste, tus amigos y familiares te extrañaran, creo que todos lo harán y que de sus mentes nunca te borraran.