Tengo un problema con tus ojos,
no estoy segura de si me miran a mi o a la chica de más atraz.
Al parecer ni lo uno ni lo otro,
se quedaron pegados mirando un triste paisaje,
una desoladora historia te contaba sin hablarte,
y de que manera brillaban tus ojos.
Al contrario de ti, yo si te miraba,
no a ti,
a tus ojos,
a ese brillo que jamás volví a ver en ningunos otros,
la capacidad envidiable de abstraerse de tu cuerpo,
pero siempre cautelosos,
siempre impenetrables,
ni con mil años de práctica podría saber que es lo que dicen sin hablar,
que sienten sin tocar,
sólo se que algo me producen,
espero algún día me vayan a mirar...
